
La victoria de Milei exige acuerdos básicos; seguir encerrados ideológicamente, solo conduce al fracaso
Se había dicho desde estas mismas líneas que el 26 de octubre no se trataba de una simple elección legislativa. No sólo se ponían en juego 127 bancas en la Cámara de diputados y 24 en el Senado. Lo que había por delante era un plebiscito a la gestión de Javier Milei. Y a la vista de los resultados, la mayoría apoya al Presidente de la Nación.
Milei sacó más de 40 puntos (40,84% exactamente) y ganó 16 provincias, incluso en Buenos Aires, donde el 7 de septiembre había perdido por paliza. Ahora, lo dio vuelta de la mano de Diego Santilli, que reemplazó a José Luis Espert, quien renunció acusado de supuestos vínculos narcos.
El Presidente ganó porque cumplió con lo que prometió en su campaña. Sí, por más que sea antipático, aplicó la motosierra, bajó la inflación, también la pobreza y la distorsión de precios quedó atrás. Achicó el Estado y aunque muchos argentinos tienen dificultades para llegar a fin de mes, entendieron que el ajuste podía generar condiciones macroeconómicas sostenibles a futuro. Milei propone un país diferente a largo plazo y aunque hay urgencias y mucha gente sufre, dos de cada tres votantes acompañaron al líder libertario.
El peronismo deberá hacer una profunda autocrítica. La falta de liderazgo de la que se quejan algunos referentes puede tener una fuerte incidencia en un partido que todavía se encolumna detrás de Cristina Fernández de Kirchner. La victoria en las legislativas provinciales los envalentonó, pero el baño de realidad de este domingo tiene que abrirles los ojos: la ex Presidenta está presa por corrupta y solo puede bailar en su balcón.
¿Y si el problema no es quién tomar el poder sino el discurso? La única propuesta que se escuchó en la campaña fue “frenar a Milei”. Mientras el Presidente anunció que buscará reformas penales, judiciales, tributarias y laborales y consiguió crédito de Estados Unidos, del otro lado solo hubo un bloqueo en el Consegro y mucho ruido político. ¿Qué proyecto hay detrás del pataleo?
Es muy noble pedir el fortalecimiento de la industria, generar empleo y ofrecer mejores jubilaciones y salarios, pero no hay crecimiento desde 2011 y solo existen 6 millones de trabajadores del sector privado que no alcanzan para cubrir las necesidades de un sistema previsional quebrado. El 60% del país atraviesa la informalidad. Sin vacaciones, aguinaldo ni otros derechos. No hacen aportes.
Tal vez ésa sea la razón del triunfo de Milei. La gente mira hacia adelante y hacia atrás ve más de lo mismo. Quizá sea el momento de establecer acuerdos básicos, como surgirió el Presidente. La grieta, la división, la pelea, solo produjo problemas para la Argentina. Llegó el momento de consensuar. Seguir encerrados ideológicamente solo conduce al fracaso.